lunes, 7 de noviembre de 2011

Los informes PISA deben medir también la capacidad de autorrealización.


Esta exposición guardaba relación con la anterior, ya que mencionaba la Escuela 2.0.Trata de enmascarar si se trata de un avance hacia la nueva educación o simplemente un mero proceso de digitalización, al que nos vemos sometidos.

Al principio los ponentes citaron un par de puntos que echaban por tierra este proyecto, provocando una gran pérdida de dinero. Uno de ellos era, que todos los alumnos no contaban ordenadores y el otro hacía referencia a la posibilidad de encontrar en las webs la información que se quisiera, y de forma gratuita.



Ante esto, las editoriales brindan alternativas como los blogs, wikis, entornos colaborativos, plataformas y realidades aumentadas. Pero todos estos progresos han sido paralizados por 2 factores: la crisis económica y la política educativa.
La primera afecta, en la medida de que hace que los recursos disponibles para los centros, no cuenten con una financiación suficiente. Mientras que, con la cantidad de políticas educativas adoptadas , se hace difícil seguir el ritmo y adecuarse a las nuevas demandas y necesidades.

Lo que si se ha conseguido realizar, es el traslado a los centros de ordenadores portátiles, libros y pizarras electrónicas, Internet y el uso de las redes sociales.

La autora dice que, a su forma de ver este informe Pisa, debería medir más la felicidad y menos los resultados académicos. 



Este informe examina el rendimiento de estudiantes de una determinada edad y no de un nivel escolar específico.Revisa la competencia en lectura, matemáticas y ciencias naturales.El examen es una sesión cognitiva de 2 horas y un cuestionario de una hora , calificando como “ correcto” o “ incorrecto” las respuestas.
Las desventajas que presenta son: los resultados cuantitativos y la educación no orientada a la felicidad ni formación de las personas.

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